Reporte de la formación reciente de practicantes en México.
! Y ahí tienen que 7 practicantes han sido formados en México !
Y con ellos no paramos, porque no son más que los primeros de una larga lista.
Esta es una muy bella historia que ahora les voy a contar.
Había una vez... en un pueblecito de México, un pequeñito de siete años que padecía asma.
Nota : Es este niñito quien convocó todas nuestras energías para tener derecho a vivir como un niño normal. |
Su papá, que se llama Francisco, descubrió un dia mi página de Internet y decidió escribirme para preguntarme qué podía hacer para curar a su hijo. El pensaba que yo no le respondería; pero se equivocaba porque le respondí inmediatamente.
(Cómo curar a su hijo si 10,000 Km. Nos separaban ?
Además, (ni uno ni otro teníamos los medios financieros para organizar esta operación !
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Había que encontrar una solución. Nosotros habíamos dado el primer paso, pero era necesario dar otros más para avanzar.
Se me ocurrió una idea : Le sugerí que se las arreglara para encontrar uno o dos practicantes que quisieran aprender mi método y que encontrara también una veintena de personas asmáticas o con hijos asmáticos.
El objetivo era poder compartir entre todos ellos los gastos en que se incurrirían con motivo de mi viaje de una semana. Le dije también que no importaba cuántos practicantes formara, el precio sería el mismo. Francisco me respondió inmediatamente que buscaría la manera.
Poco tiempo después, me informaba que había encontrado dos practicantes, 20 asmáticos y que había reunido una parte de la suma necesaria para mi viaje. Todavía faltaba cierta cantidad, pero ya había decidido ir y nada me detendría en mi decisión.
La casualidad no existe, o en todo caso qué bueno que exista.
Uno de mis pacientes, originario de las Islas Canarias, que había visto mi página de Internet donde yo decía buscar mecenas, me preguntó sobre el por qué de la necesidad de financiamiento.
Le expliqué por qué tenía necesidad de ayuda : Ir a formar especialistas de mi método en países donde el bajo nivel de vida no les permitía tener acceso a mis técnicas -ni tampoco a los medicamentos que son muy caros-. Le expliqué también que tampoco había que darles todo " peladito y en la boca " como lo hacen las organizaciones humanitarias, sino que quería que se implicaran un poco, en la medida de las posibilidades, y que el resto sería ofrecido por los donadores altruistas.
Una vez terminadas mis explicaciones, me preguntó cuánto faltaba para llevar a cabo esta misión.
Le dije : " mil dólares " y él me dijo : " de acuerdo, le giraré la cantidad una vez que regrese a mi país ! "
Esa misma noche le escribí a Francisco para decirle : "todo está listo, puedo ir". No les describo su alegría porque ustedes pueden imaginársela. Todavía quedaban algunos asuntos por resolver : encontrar el tiempo desponible, fabricar mesas de trabajo, etc. |
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Así las cosas, fijé las fechas: del 11 al 19 de octubre.
Mientras tanto, llamé por teléfono a una persona, originaria de México pero residente en Francia y a cuyo hijo asmático había tratado, para anunciarle la buena noticia. Cual no fué mi sorpresa al escucharla decir : "Me voy con usted. Usted no habla español, yo seré su intérprete durante su estancia en México". |
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Así pues, partí el lunes 11 de octubre a la gran aventura.
La llegada a la Ciudad de México es impresionante, una megalópolis de 20 millones de habitantes y un aeropuerto muy frecuentado a donde llegan aviones de todas partes del mundo a una cadencia infernal. Una locura encontrar la salida, el control de migración, la recuperación de mi maleta, control de aduanas y ... a lo lejos una gran pancarta amarilla fosforescente " Jacques, bienvenido a México " sostenida por un hombre bajito y fortachón con una sonrisa de oreja a oreja.
No había terminado de pasar el último control, de pescar mi maleta y caminar hacia la salida cuando... Lucía se aproxima, me saluda calurosamente y me lleva hacia dos sonrientes muchachos y heme ahí envuelto en vigorosos " abrazos " llenos de afección.
No narro los detalles del trayecto de hora y media para llegar a Huixquilucan, pueblecito que se encuentra a 2800 m de altitud.
Bienvenida muy emotiva e instalación en una gran recámara, amueblada con muebles prestados por un fabricante local (muy bonitos). Cena y a dormir para recuperarse de 18 horas de viaje (ouf!).
La mañana siguiente, después de un abundante desayuno, descubro dos mesas de trabajo fabricadas de manera irreprochable, totalmente conformes al diseño que había mandado en un anexo a un e-mail.
Un salón de clases arreglado con pupitres y lleno de gente dispuesta a escuchar mi conferencia: médicos, cirujano, anestesista, enfermeras, fisioterapeutas, y hasta un periodista local.
De hecho, había 7 practicantes que querían aprender mi método !
Lucía, mi traductora benévola, efectuó las traducciones en los dos sentidos de manera notable y trabajó más de doce horas cada día (lo que es una verdadera explotación, aún para un profesional) Nota : (foto)
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Después de la conferencia, durante el mediodía del martes y todo el miércoles el aprendizaje se realizó sólo con pacientes que presentaban patologías respiratorios agudas.
Mi sorpresa fue grande al descubrir con qué habilidad y rapidez fueron capaces de asimilar mis gestos y mi técnica. Al grado de que decidí formar dos equipos y dejarlos trabajar por separado, supervisando siempre el trabajo final que siempre fue perfecto. Los equipos se unieron, lo que logró una verdadera dinámica de grupo. (En la foto, nos falta Ana, la llamamos " Super Ana" por su enorme habilidad) |
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"Super Ana" en pleno trabajo |
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El sábado en la noche, TODOS estaban perfectamente capacitados y aptos para trabajar sin mí. Lo había conseguido y estaba muy orgulloso de ellos y de la calidad de su trabajo!
El domingo una rápida visita a la Ciudad de México : Visita del Museo de Arte Moderno, Basílica de la Virgen de Guadalupe, baño de pueblo y regreso a las alturas, donde el aire es más puro... aunque menos oxigenado para alguien que vive al nivel del mar (me sofocaba al mínimo esfuerzo).
Hicimos montañas de proyectos, muy realistas y sencillos. Teniendo en cuenta el contexto y el nivel de vida del país he decidido recomenzar la experiencia dentro de algunos meses en alguna otra ciudad.
Con mayor razón al contar con un generoso donador que ofreció pagar el próximo viaje y prestarnos una casa (Se puede ser rico y generoso; es poco frecuente, pero todavía hay personas así).
Nos faltarán fondos, pero los encontraremos, estoy seguro.
Pienso que fue un trabajo bueno, concreto, aterrizado, útil y producto del esfuerzo de todo un equipo cuyos valores no se encuentran tan frecuentemente hoy en día: la Solidaridad (Doctor Ricardo Rojas Lucero), la Generosidad (Léo Bohnke, mecenas), el Valor de intentar lo imposible (Francisco) y el Amor al prójimo (Lucia).
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